
Pasa con muchos perros abandonados cuando van a un hogar tras haber pasado una temporada en la calle, en una perrera, siendo o no maltratados o que nunca conocieron el calor de un hogar. Pasa que esos perros luego suelen arrastrar problemas de conducta. Y era el caso de Zoe
Zoe es una perrota preciosa que APAMaG rescató de la perrera para darle la oportunidad de tener un nuevo hogar.
Zoe es joven, bonita, obediente, muy lista…..pero con un problema que su casa de acogida descubrió el primer día que la dejó sola: no quería quedarse sin ellos!! Ni siquiera era capaz de quedarse sola en el coche un momento sin comerse los cinturones de seguridad del coche de Alicia.
APAMaG nos llamó contándonos el caso y nos pusimos manos a la obra.
Aunque los síntomas eran claros, siempre hay que realizar un buen diagnóstico para solucionar un problema de conducta, y nos reafirmamos en nuestras sospechas: Zoe tenía ansiedad por separación. La manifestación era que cuando Alicia y Luismi la dejaban sola, le daba por “redecorar” la casa. Y la verdad es que no se le daba nada mal. Ella, con sus más de 20 kilos y su gran porte, era capaz de dejar bien “limpitas” de cosas las encimeras de la cocina, encendía las luces, mordía y destrozaba lo que pillaba y un montón de cosas más que hacían que sus posibilidades de quedarse adoptada mermaran.
Alicia y Luismi querían quedarse con Zoe, pero no podían soportar que todos los días al volver del trabajo su casa pareciese un campo de batalla. Y no podían soportar que ella sufriera de esa manera sin saber qué hacer para ayudarla. Nosotros nos comprometimos en que eso dejaría de pasar y así conseguiríamos que Zoe, por fin, tuviera su hogar y su familia.
DogSchool elaboró un programa de terapia para Zoe para ayudarla a reducir el apego enfermizo con sus papis humanos y funcionó enseguida. Empezó a ser capaz de dormir sola, de quedarse sola con menos episodios de ansiedad. Empezó a ser capaz de gestionar su angustia producida por inseguridad de si cuando la gente se iba y la dejaba volvería con ella.
Y vaya si lo consiguió. Alicia y Luismi son ahora los orgullosos adoptantes de Zoe, con los que ella está muy feliz y además ellos están muy orgullosos porque es una perra muy educada y que aprende muy rápido.
¡Estas historias con finales felices son las que más nos gustan!