
De la vida anterior de Toy no se sabe nada más que fue cedido por su anterior propietario a la perrera. APAMaG lo rescató de allí y pasó un breve tiempo acogido temporalmente. Sophie y Stacey querían adoptar a un perrito. Querían un perro de tamaño pequeño, pero en todas las protectoras en las que miraban, llegaban tarde cuando se fijaban en alguno. Los perros pequeños son de adopción mucho más rápida que los grandes…y les estaba costando encontrar a su peludete.
Hasta el día que vieron a Toy por foto en una difusión. Le vieron y supieron que era él.
Toy rápidamente se acostumbró a tener una camita mullida y a dormir calentito en un hogar, a pienso rico y a chuches, que le chiflan. En casa era un perro ideal cariñoso y mimoso. Sin embargo, a la hora de salir a pasear a la calle, Sophie y Stacey lo pasaban mal, porque Toy ladraba y reaccionaba de manera muy agresiva a cualquier perro al que viera. Y era capaz de verlos a distancias muy grandes….y además no eran capaces de contenerle, de controlarle.
Una vez identificado su problema, y con las pautas adecuadas, poco a poco fuimos consiguiendo que las reacciones de Toy cada vez fueran menos intensas y se fueron reduciendo las distancias. Aprendió que otros perros no resultan una amenaza para él y a día de hoy es un perro muy bien socializado, hasta el punto de que ahora es él el que se acerca a saludar a todos y aunque le ladren, no reacciona negativamente.
Y también aprendió a jugar con juguetes, a estar más tranquilo en casa y en general, puesto que la base de su problema era ansiedad.
Sophie y Stacey siguieron al pie de la letra todas nuestras indicaciones y entendieron desde el primer día que había que actuar con claridad, coherencia y paciencia. Los resultados no pueden ser mejores ni estar mejor consolidados, ahora están deseando que llegue la hora de salir a pasear con Toy.