
Hay algún perro más cabezota que un teckel? Seguramente sí, pero con Jagger lo tiene realmente complicado.
Jagger es joven, cariñoso, juguetón, activo….hemos dicho juguetón? Si, es cierto, pero hay que matizar. Jagger puede jugar contigo….hasta que decide que no quiere compartir el juguete. O un papel del suelo. O una zapatilla. O cualquier cosa que coja. Y aquí tenemos el problema, que no suelta y además se pone muy posesivo al punto de que si es necesario para él, te muerde y con fuerza para que le dejes en paz con su nuevo tesoro.
Patricia y Diego ya lo habían sufrido en sus carnes, y el problema además de no solucionarse con el tiempo iba a peor. Así que comenzamos a trabajar con Jagger para, entre otros problemas, solucionar el de la guarda de recursos.
Trabajar con un teckel es todo un reto, porque a tercos y cabezotas posiblemente sólo un bulldog pueda medirse con ellos. No nos llevó mucho tiempo, pero sí mucha paciencia hasta que finalmente conseguimos que Jagger aprendiera que devolver los juguetes no significaba perderlos para siempre, que los papeles del suelo no son interesantes y que puede soltarlos y sobre todo sobre todo, a ser un perro más seguro en la calle y menos obsesivo con la tenencia de cosas.
A día de hoy, Jagger es generoso, comparte sus juguetes y entiende que el verdadero valor de sus tesoros reside en poder compartirlos y que alguien juegue con él. Ha aprendido a valorar la actividad y no el objeto. Y es que las obsesiones nunca fueron buenas.