
Cuando conocimos a Clipper conocimos a un perro con un problema muy grave. Constantemente llamaba la atención de su familia, incluso para ser castigado. No podía quedarse solo ni apenas un segundo y cuando conseguían que se quedara fuera de la habitación en la que estaba la familia, se las arreglaba para encontrar un punto en el pasillo en el que podía controlar visualmente a todos los miembros de la familia que estuvieran en casa.
Rompía los rodapiés, se hacía sus necesidades en casa….le habían confinado a la cocina para dormir y cuando se quedaba solo, aunque ni siquiera era capaz de estar en otra habitación con alguien en casa. Su afán era estar lo más cerca posible se su familia, o en su defecto, poder verles. Y si no, ladraba y lloraba y le regañaban y él no entendía nada….y así llevaba un año y medio! Nuestro trabajo, aparte de mejorar el estado emocional de Clipper, era también mejorar el de su familia. Ya habían valorado el regalar a Clipper más de una vez. Le querían mucho, pero la situación no era sostenible para ellos.
Nos enfrentamos con el caso más grave de APS que hemos conocido, un perro muy sensible a la vez que inteligente, con una familia numerosa y en la que cada persona le trataba de manera muy distinta y mucho tiempo de conducta mantenida….todo un reto.
Con la introducción de las pautas iniciales, Clipper mejoró mucho: dejó de ladrar y llorar y se redujeron los episodios de pises y cacas, pero la falta de coherencia no permitía que consolidara estados emocionales más estables. Finalmente hubo que ayudarle con ansiolíticos porque su ansiedad era muy muy alta y las pautas de conducta no eran suficientes.
Tras 3 meses con ansiolíticos y remarcando bien las pautas de conducta, Clipper mejoró muchísimo, se eliminaron todos los síntomas y se convirtió en un perro más independiente. Nos llevó mucho más tiempo de lo que es habitual, pero por fin logramos que pudiera quedarse solo en casa de manera tranquila. También conseguimos que paseara sin tirar de la correa como si le fuera la vida en ello y potenciamos mucho más los niveles de concentración y atención a la llamada en el parque. En definitiva, Clipper ahora es un perro mucho más maduro, equilibrado, sin problemas de apego y mucho más obediente en la calle.